Los quistes dentales, aunque no lo parezcan, son una afección bastante frecuente, la cual suele ser causante de un gran número de intervenciones quirúrgicas sencillas al año. En pocas palabras, esta es una neoformación de carácter benigno (que no atenta contra su vida), pero que afecta en gran manera nuestras vidas.
Recordemos que nuestros dientes cumplen dos roles, uno estético y otro funcional. Cuando existe un quiste dental, el mayor riesgo es perder la pieza dental, alterando estas dos funciones principales; sin embargo, es raro que un quiste dental se complique hasta ese punto, o que invada a las estructuras óseas vecinas.
En la mayoría de los casos, los quistes dentales, también llamados quistes odontogénicos, son consecuencia del mal manejo de una infección dental, en la que ésta se extiende hasta los huesos o se implanta en zonas adyacentes. Por tanto, es común que el contenido de estos quistes sea purulento.
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Tipos de Quistes Dentales
Si bien existen muchos tipos, nos dedicaremos a mencionar y hablar un poco de los más frecuentes e importantes. Entre ellos:
1) Quiste Periapical Inflamatorio
Este es uno de los más comunes. Como su nombre lo indica, se produce alrededor del ápice de la raíz dental, posterior a un proceso infeccioso (que se extendió). Usualmente el origen de este tipo de quistes se debe a caries que progresan en el interior del diente y alcanzan el hueso maxilar.
Esto sólo ocurre cuando no se trata la infección de forma adecuada, cuando no se colocan los antibióticos apropiados o no se cumple el plazo especificado por el especialista. Aun así, el proceso de formación dura meses e incluso puede tomar años para que se convierta en un “quiste dental verdadero”, con una membrana que lo rodee.
2) Dentígero:
Este quiste en particular aparece alrededor de los dientes que aún no han surgido a través de las encías, los dientes no erupcionados. El inconveniente más grande con este tipo de quistes es que provocan –en mayor medida- pérdida ósea alrededor del mismo. Se asocian mucho con las muelas del juicio y, usualmente, se amerita su extracción en conjunto con estas piezas dentales.
Principalmente aparecen entre los varones de 20 a 30 años. Empiezan a desarrollarse en los folículos dentales, por lo que pasan inadvertidos hasta que causan trastornos de la alineación dental (especialmente relacionados con las muelas del juicio), y es por esto que terminan siendo hallazgos imprevistos.
3) Periodontal Lateral
En este caso, no se trata de una extensión apical en relación con el diente, sino que el quiste aparece de forma lateral a los dientes. Es más común en los adultos y adultos mayores, y al igual que el anterior, suele ser un hallazgo inesperado en la radiografía.
Normalmente está revestido de epitelio, aunque a veces puede no estar revestido y ser multilocular, pero este lo hace mucho más agresivo y de crecimiento más rápido. Similar al anterior, aunque no cause algún síntoma específico, puede deteriorar los huesos próximos a él.
4) Quiste dental Eruptivo
En ciertas ocasiones, cuando los dientes están a punto de emerger, se crea un quiste producto de la ruptura de los vasos dentro de la encía. Este afecta con mucha frecuencia a los niños, aunque se puede presentar hasta los 20 años.
Es necesario destacar que tienden a involucionar rápidamente, por lo que no presentan mayores complicaciones a diferencia de los anteriores. En este caso, después de unos 15 días que el diente definitivo o permanente rompa la encía, el quiste empezará a desaparecer.
Tratamiento – La solución definitiva
Lo más efectivo para el tratamiento de los quistes, por mucho, es el uso de la cirugía dental sencilla, en la cual se busca extirparlos por completo para que no reaparezcan ni causen complicaciones mayores. Si llegase a quedar algún remanente del quiste, es probable que termine lesionando el resto de los huesos igualmente.
Este procedimiento no tarda más de 30 minutos en las manos de un experto. Solo hace falta que su especialista le indique una radiografía, realice una incisión sobre la región afectada (para el drenaje del contenido del quiste), vigile la hemostasia y cierre (cierre la herida o suture). Nada de qué preocuparse.
Por supuesto, cada caso es diferente y la aparición de los quistes puede variar de persona a persona. Además, la ubicación influye mucho en la duración del procedimiento y las posibles complicaciones. Por ejemplo, a pesar de que se trate de un quiste periapical, sería diferente si se encuentra sobre algún incisivo a que se encuentre sobre algún molar.
Si por el daño causado por el quiste se pierde la pieza dental, es posible reemplazarla inmediatamente por un sustituto dental de titanio. Si se trata de una pieza anterior se puede incluso en la misma sesión colocar una prótesis dental temporal.
Cuidados después de la intervención:
- Acude a tu especialista para los controles seriados. Recuerda, este procedimiento amerita supervisión y, de seguro, varias radiografías de control al año.
- Procure tomar bebidas frías y colocarse compresas frías en la región afectada.
- No utilice el hilo dental durante los primeros 7 días.
- Cepíllese suavemente en la región próxima, sin ejercer mucha presión.
- Recuerde usar todos los medicamentos que su especialista le indique.
- Procure no ingerir comida muy fibrosa o pegajosa (como dulces) que se puedan adherir a la sutura.
- Evite masticar del lado de la incisión durante los primeros 7 días.
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