Hábito de chuparse el dedo : Consecuencias y tratamientos

El chuparse el dedo en el recién nacido es un reflejo de supervivencia (alimentación del pecho de la madre). Aunque muchos niños dejan de hacerlo alrededor de tres años de edad, otros buscan la succión del dedo como método para autosatisfacerse, vencer el aburrimiento o buscar el sueño.

Sin embargo, este hábito puede prolongarse y convertirse en una costumbre perniciosa que puede tener un gran impacto en el desarrollo de los maxilares y los dientes.

Última actualización: 1/09/2024

¿Por qué los niños se chupan el dedo?

• La succión digital del pulgar es un acto reflejo que tienen los niños incluso desde el vientre materno -se observa en la ecografías-. En ellos tiene objetivos nutricionales, ya que lo prepara para esta función y les proporciona seguridad y placer – los calma-.
• Este hábito es normal desde la vida intrauterina hasta aproximadamente los 3 años. No obstante, su ausencia tampoco constituye una anormalidad, porque está demostrado científicamente que un porcentaje del 15 al 20% simplemente NO lo realiza.
• El hecho que un niño de 5 u 8 años continúe con esta costumbre, significa que hay una deficiencia en su desarrollo emocional, ya sea por sobre-protección que impide su evolución y hacen se queden psicológicamente en edades inferiores.

Consecuencias de chuparse el dedo

1. Maloclusiones: La succión del pulgar de forma prolongada puede alterar la posición de los dientes y la oclusión. Esto puede resultar en un desencaje funcional de la mordida, sobre-inclinando los dientes para adelante, mordida abierta y hasta espacios interdentales.
2. Deformidades faciales: El hábito puede influir en el desarrollo del paladar, haciéndolo más profundo, estrecho, y estructuralmente más salido. La función anormal de la lengua puede empeorar el caso y llevar a una apariencia facial desiquilibrada.
3. Problemas de habla: La malformación de la boca (se estrecha) y la alineación incorrecta de los dientes pueden dificultar la pronunciación de ciertos sonidos, afectando el desarrollo del lenguaje.
4. Respiración oral: La persistencia de este hábito favorece la respiración oral, esto debido a la serie de funciones alteradas, va a agravar la estreches maxilar y traerá problemas respiratorios crónicos.

Tratamientos:

1. Intervención temprana: Es crucial que los padres trabajen para desalentar el hábito en los primeros años. Esto puede incluir refuerzos positivos, distracciones y ofrecer juguetes alternativos.
2. Terapias conductuales: Para niños mayores, las terapias conductuales cargo de psicólogo pueden ser útiles. Estas incluyen el uso de recordatorios visuales o dispositivos ortodónticos como protectores de pulgar, que dificultan físicamente la acción de chuparse el dedo.
3. Consultas con un especialista: Si el hábito persiste, es importante consultar a un ortodoncista o odontopediatra. Muchas veces el hábito de chuparse el dedo es sólo un signo de una serie de problemas que debe ser abordado por el ortodoncista.

Lo que puedes hacer en casa:

• Los primeros en identificar este problema deben ser los padres y la edad ideal para observar los primeros síntomas son los 2 años. Identifica porque motivo el niño lleva el dedo a la boca, puede ser cuando tiene hambre, ansiedad, sueño, etc.
• Podemos intervenir evitando que estas situaciones sucedan por ejemplo, darle sus comidas puntuales, reeducarlo en la posición de sus manos antes de dormir, evitar situaciones de estrés.

Lo que hacen los especialistas:

• Diagnóstico: La edad ideal para llevar a un niño al odontopediatra es a los 3 años. En esta edad se pueden observar ya algunas alteraciones o prevenir futuras maloclusiones.
• Niños 4 a 6 años: La terapia consiste en simplemente usar correctores simples para bloquear el hábito. Por ejemplo indicación de uso del corrector de silicona digital.
• Niños mayores de 6 años: Se puede usar aparatos funcionales para regular la función alterada y aparatos correctivos como los “rompe hábitos” para frenar el problema. Una vez eliminado el hábito se trata las consecuencias.
• Adolescentes: Se realiza la ortodoncia correctiva con brackets, a fin de tratar las consecuencias que dejó el mal hábito. En casos de mordida abierta se hacen extracciones de premolares. En algunos situaciones aún es posible la expansión maxilar, cuando hay paladares estrechos.