Una fístula dental, se presenta como un «bultito» en alguna área de la boca, particularmente a la altura de las raíces dentales. Esta afección puede generar preocupación, tanto por sus síntomas como por las complicaciones que puede conllevar si no se trata adecuadamente.
Es una señal clara de una infección en la boca y que requiere atención. En este artículo, exploraremos sus causas, cómo identificarla y cuáles son los tratamientos actuales.
Última actualización: 4/11/2024
Contenido
¿Qué es una fístula dental?
Una fístula dental es un conducto y depósito anormal que se forma entre un foco de infección dentro del diente y el exterior de las encías, permitiendo que el pus o fluidos infectados drenen fuera del cuerpo.
Estas fístulas se manifiestan como «bolitas blandas» en las encías y suelen desarrollarse como consecuencia de una infección dental no tratada. Estos canalículos van a conducir la infección (pus), para que drene por la boca y evitar alguna complicación.
Causas de la fístula bucal
Son el resultado de infecciones que afectan los tejidos blandos o los huesos que rodean los dientes. Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Caries profundas infectadas: Una infección por caries puede generar una acumulación de pus, lo que a su vez presiona el tejido circundante y crea un conducto de salida, formando la fístula.
- Enfermedades periodontales: Las infecciones que afectan las encías también pueden provocar la formación de fístulas si no se tratan a tiempo.
- Trauma dental: Las fracturas en los dientes pueden favorecer la entrada de bacterias e infección. De igual manera los golpes violentos «matan» la pulpa dental, originando su putrefacción y, posteriormente, una fístula.
Síntomas
Suelen manifestarse a través de varios síntomas, aunque a veces pueden pasar desapercibidas en sus primeras etapas:
- Hinchazón o enrojecimiento en la zona afectada.
- Dolor dental o gingival que puede variar en intensidad.
- Supuración de pus que puede drenar hacia la boca o las encías, causando mal sabor.
- Mal aliento persistente debido a la infección (recuerda, la pus va a desembocar directamente a boca y causa un olor fétido).
- Sensación de alivio temporal cuando el pus se drena a través de la fístula.
Complicaciones
Si no se trata, la fístula dental puede causar complicaciones graves. La infección puede expandirse a otras áreas de la boca, e incluso a zonas distantes del cuerpo a través del torrente sanguíneo.
Además, una fístula puede debilitar el hueso que soporta los dientes, fomentando la movilidad dental y aumentando el riesgo de pérdida dental.
Diagnóstico de la fístula dental
El diagnóstico de una fístula dental suele realizarse mediante un examen clínico por parte del dentista. En algunos casos, se pueden requerir radiografías para localizar la fuente exacta de la infección y evaluar la extensión del daño en el hueso o tejido.
Tratamiento
El tratamiento de una fístula dental tiene como OBJETIVO ELIMINAR LA INFECCIÓN y prevenir futuras complicaciones. Las opciones incluyen:
- Drenaje del absceso: Si hay un absceso detrás de la fístula, el dentista puede realizar una incisión para permitir que el pus se drene.
- Tratamiento de conductos (endodoncia): En muchos casos, la fístula es el resultado de una infección en la pulpa del diente. El tratamiento de conductos limpia y sella el interior del diente para evitar la reinfección.
- Cirugía periodontal: En casos de enfermedades de las encías avanzadas, el dentista puede realizar una cirugía para eliminar los tejidos infectados y reconstruir las zonas afectadas.
- Tratamiento antibiótico: Se recetan antibióticos para controlar la infección bacteriana, aunque este tratamiento por sí solo no es suficiente si no se aborda la causa raíz.
- Apicectomía: es un procedimiento quirúrgico dental que consiste en la remoción de la punta de la raíz de un diente, junto con el tejido infectado circundante.
- Extracción dental: Si el diente está severamente dañado o la infección es recurrente, puede ser necesario extraer el diente afectado.
Prevención
La prevención de las fístulas dentales está vinculada a mantener una buena salud bucodental. Algunas recomendaciones incluyen:
- Cepillarse los dientes al menos dos veces al día y complementar la higiene con el enjuague.
- Realizar visitas regulares al dentista para chequeos y limpiezas profesionales. Sobre todo tomarse una radiografía panorámica para detectar estas infecciones silenciosas.
- Tratar las caries y problemas dentales a tiempo para evitar infecciones mayores y tratamientos CAROS.
Complicaciones si no se trata
Es importante tratar una fístula dental lo antes posible. Aunque el canal permite el drenaje del pus, la infección sigue presente y puede empeorar con el tiempo.
Si no se trata, la infección puede extenderse a los tejidos vecinos, los huesos maxilares e incluso a otras partes del cuerpo, provocando complicaciones graves como infecciones sistémicas que podrían requerir incluso internamiento hospitalario.
Conclusión
Una fístula dental es un signo claro de una infección dental no tratada que necesita atención odontológica inmediata. El tratamiento adecuado no solo aliviará los síntomas, sino que también evitará complicaciones mayores como la pérdida dental.
Si experimentas alguno de los síntomas mencionados, lo ideal es acudir al dentista lo antes posible para recibir un diagnóstico y tratamiento oportuno. En muchos casos no causa síntomas, por eso es importante el chequeo médico anual, y tomarse la radiografía dental.